Entrar y salir con tu coche a diario debe ser una tarea sencilla y cómoda, y si ya no lo es porque la puerta de garaje falla, es hora de un cambio.
Existe la posibilidad de que se trate de una avería, sin embargo, si la puerta tiene ya muchos años lo más probable es que con el uso y el paso del tiempo, ya no vuelva a ser la misma. Y hay averías que son irreparables, por un lado porque a veces la reparación es más costosa que una puerta de garaje nueva, o porque esa avería puede volver a surgir más veces y al final vas a tener que gastar en varias reparaciones teniendo, al final, que cambiar la puerta si o sí.
Y en este artículo te hablamos de tres señales clave que te van a ayudar a identificar que tu puerta necesita ser reemplazada por una nueva.
Dificultad para abrir o cerrar la puerta del garaje
Si te cuesta horrores abrir o cerrar la puerta del garaje, aquí tienes una de las primeras señales que indican que una puerta de garaje debe ser revisada o sustituida. Vamos a ver cuáles son los problemas más frecuentes en este sentido:
- Frenado o movimientos bruscos: si la puerta se atasca, no sube o baja suavemente, es probable que haya problemas mecánicos en los cables, las bisagras o los rieles.
- Desgaste del motor eléctrico: en puertas automatizadas, un motor que suena excesivamente fuerte o que deja de responder puede estar cerca del final de su vida útil.
- Desbalanceo: una puerta que no se mantiene nivelada al abrirse o cerrarse puede ser peligrosa, ya que indica problemas con los resortes de torsión o las poleas.
¿Cuál es el riesgo asociado a que no puedas abrir o cerrar la puerta? Como siempre insistimos, la seguridad es una prioridad, y si esto ocurre, la puerta no es segura; ni para los vehículos ni para los peatones. Además, si tienes que hacer un sobre esfuerzo físico para poder manipularla, es una clara señal de que como mínimo debes llamar a una empresa de mantenimiento de puertas de garaje, como la nuestra, para que realice una revisión y descubra el origen de su mal funcionamiento.
En algunos casos, un mantenimiento regular o la sustitución de piezas individuales pueden solucionar el problema. Sin embargo, si la puerta presenta fallos recurrentes, puede ser más rentable y seguro optar por un reemplazo completo.
Daños visibles en la puerta del garaje
Otra señal importante que no debes ignorar son los daños visibles en la estructura de la puerta del garaje. Estos son los tipos de daños más frecuentes:
- Abolladuras y grietas: golpes accidentales o condiciones climáticas adversas, como tormentas, pueden causar deformaciones que afectan tanto la apariencia como la funcionalidad de la puerta.
- Oxidación: en puertas metálicas, la aparición de óxido no solo afecta la estética, sino que también debilita la estructura, comprometiendo la seguridad.
- Daños en el revestimiento: en puertas de madera, el deterioro del barniz o pintura puede dejarla expuesta a la humedad, causando hinchazón o pudrición.
¿Qué impacto tiene una puerta de garaje con daños visibles en la seguridad? Además de ser menos atractiva, lo que influye en la imagen que se proyecta tanto en entornos residenciales como en entornos comerciales, es menos segura. Sobre todo si los desperfectos comprometen el cierre hermético o facilitan la entrada de personas no autorizadas.
Pero, ¿Cómo saber si hay que reemplazarla? Si el daño es muy grave y no es solo una cuestión de algunos arañazos que pueden ser normales con el uso diario. O si reparar la estructura resulta más caro que adquirir una nueva puerta. Cualquiera de estas posibilidades es señal de que tienes que considerar un cambio.
Las nuevas tecnologías y la calidad de los materiales disponibles en el mercado pueden ofrecerte una solución más duradera y fiable. En Rodrigo Espada somos fabricantes de puertas de garaje en Zaragoza desde 1965, así que podemos ofrecerte una solución personalizada, revisando previamente la puerta en mal estado para ver qué opciones hay. Y ofrecerte una solución, a sea una reparación o una puerta nueva a precio de fábrica.
Aumento en las facturas de energía
Una puerta de garaje que no cuenta con un buen aislante se traduce en un aumento de las facturas de electricidad. Esto ocurre con las puerta de garaje que ya tienen varios años, porque las que se fabrican hoy en día, al menos asé son las nuestras, cada vez están mejor preparadas y se fabrican con mejores sistemas de aislamiento y materiales de mejor calidad.
El aislamiento de una puerta de garaje es crucial, especialmente si el garaje está conectado directamente al interior de la vivienda. Con el tiempo, el desgaste de los sellos y los materiales puede reducir su capacidad para retener el calor en invierno o mantener el espacio fresco en verano.
Aquí tienes los principales problemas:
- Fugas de aire: grietas o espacios en los bordes de la puerta permiten que el aire exterior entre y el aire acondicionado o calefacción se escape, forzando a tu sistema de climatización a trabajar más.
- Materiales obsoletos: las puertas de garaje más antiguas suelen carecer de tecnologías modernas de aislamiento térmico, como paneles de poliuretano o burletes reforzados. O si son automáticas, puede que la puerta esté dotada de un motor obsoleto y poco eficiente, que ya se ha llegado a deteriorar tanto que no podrá volver a funcionar de manera correcta.
- Condensación y humedad: si notas acumulación de humedad dentro del garaje, es posible que la puerta no esté protegiendo adecuadamente el espacio contra el clima exterior.
Invertir en una puerta moderna con aislamiento mejorado va a reducir de forma significativa los costes energéticos. Por otro lado, muchas puertas nuevas están diseñadas para cumplir con estándares de eficiencia energética y las normativas vigentes, lo que no solo beneficia tu bolsillo, sino también el medio ambiente.
Como recomendación profesional, no ignores ninguna de estas señales de desgaste, porque pueden llevar a mayores costes en el futuro, ya sea por reparaciones, aumentos en las facturas de energía o problemas de seguridad.
Si notas alguna de estas señales, contáctanos para que valoremos tu caso de forma personalizada y ofrecerte una solución a medida.